El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, anunció la suspensión y aseguró que el partido se jugará “en igualdad de condiciones”.
La revancha de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca volvió hoy a ser postergada con fecha a determinar, luego que el mediocampista Pablo Pérez constató que su lesión en el ojo izquierdo sufrida por agresiones de hinchas en la llegada del micro «xeneize» al estadio «Monumental» no le permitía estar «en igualdad de condiciones».
Fue el presidente de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, quien sobre el mediodía ratificó que el partido se iba a disputar a las 17:00, pero tres horas antes y con el público dentro del «Monumental», confirmó la postergación por las secuelas de los incidentes producidos durante todo el sábado en el barrio porteño de Núñez y remarcó que el partido «se va a jugar en igualdad de condiciones».
Entonces, Domínguez convocó a los presidentes Rodolfo D ´Onofrio (River) y Daniel Angelici (Boca) a la sede de Conmebol en Asunción del Paraguay para acordar cuándo se dará continuidad a la serie, que se había iniciado hace quince días con un empate 2-2 en La Bombonera.
«La nueva fecha de la final será analizada y decidida en una reunión en Asunción el martes 27 a las 10 de la mañana con los presidentes de los clubes finalistas, Boca Juniors y River Plate», anunció Conmebol a través de su cuenta oficial de Twitter.
«Tenemos un pedido anterior del Gobierno nacional de Argentina respecto de no jugar en la semana del G20», aclaró, sin dar demasiado detalle sobre cuándo se haría la reprogramación.
Según pudo saber NA de fuentes de Conmebol, el encuentro se continuaría el próximo sábado 8 de diciembre en el estadio «Monumental», en horario a definir, y River recibiría una fuerte sanción económica, pero no deportiva.
La razón de la postergación es que el mediocampista y capitán de Boca Pablo Pérez volvió a revisarse este domingo por la mañana en una clínica porteña y, según confesó, no debía operarse de la lesión en el ojo izquierdo y estaba en condiciones de jugar la revancha de la final, aunque el oftalmólogo que lo atendió negó que eso fuera posible.
«Tiene una disminución de 4 décimas en la agudeza visual del ojo izquierdo, además de una lesión conjuntival y leve edema corneal. Las lesiones conjuntival y corneal mejoraron, pero la agudeza no. Está mejor que ayee, pero no está para jugar», indicó Alejando Weremczuk, el médico que lo atendió en ambas ocasiones.